Ofrecemos a los lectores del blog el texto completo de una Memoria sobre el estado sanitario de la ciudad de Ourense en 1894.
Esta Memoria fue presentada a la Junta Municipal de Sanidad en mayo de ese año. Esta iniciativa había partido del Ministerio de Gobernación, el cual deseaba conocer el estado sanitario de las principales poblaciones españolas. Recordemos que todavía epidemias como las del cólera (hubo una muy grave en 1885), la viruela, etc... azotaban periódicamente a las ciudades y pueblos de toda la geografía española.
El Ministerio de Gobernación mediante una Real Orden (ORDEN DE 20 de MARZO DE 1894) que se publica en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP nº226, 24-3-1894) traza una hoja de ruta para la elaboración de la memoria, en la que detalla aspectos a analizar, condiciones, plazos de elaboración y fechas de presentación ante las Juntas Municipales y Gobernador Civil. Dicha Memoria debía de ser "metódica, clara y lo más concisa posible". En la misma se deben dar respuesta a una serie de preguntas o apartados. Se detallaba además en la Real Orden qué tipo de personas o profesionales debían de ser los responsables de elaborarla: uno debía ser un facultativo de la clase médico o farmacéutico y el otro un arquitecto ("o en su defecto, un maestro de obras con título"). Ambos debían de ser "peritos en la ciencia de la higiene y conocedores de la localidad de la que ocupe aquel trabajo".
La memoria de Ourense fue elaborada con fecha 26 de Abril de 1894 por José Antonio Queralt Rauret (arquitecto municipal) y por Ricardo Nóvoa. Respecto a Ricardo Nóvoa, pensamos que era el alcalde de la ciudad (no lo detalla la memoria), ya que hubo un alcalde con igual nombre entre 1891-1894. A su vez un médico con igual nombre ejercía al menos desde 1885 en la ciudad - residía en la Plaza del Trigo-. Pensamos que era médico y alcalde de la ciudad, pero a ver si algún lector nos saca de la duda.
La memoria fue aprobada porla Junta Municipal de Sanidad en sesión de 5 de Mayo de 1894. En la misma se ofrece una interesantísima visión de conjunto de la ciudad, a modo de crónica breve del estado higiénico-sanitario de la misma.
Para Somoza Medina (2001) el Ourense del siglo XIX termina en 1895. En ese año se produce un hecho que va a ser clave en la historia de la ciudad: la llegada del alumbrado eléctrico. Este historiador considera que comienza entonces un nuevo período en el cual se van a dar todas una serie de mejoras y estructuraciones socioeconómicas que van a producir un salto hacia la modernización de la ciudad. Será desde 1895 hasta 1918 (el año de la epidemia de gripe de 1918-9). Así, en el año 1894, momento en el que se elabora la memoria, estamos a las puertas de concluir el período del Ourense decimonónico, el Ourense del siglo XIX (1800-1895).
La fuente de donde la hemos extraído es del Archivo Municipal de Ourense, en el Fondo dedicado a Beneficencia. Este texto ya fue publicado como Anexo en el libro de David Simón titulado "Locura, medicina, sociedad: Ourense (1875-1975)"( 2005, Ourense: Xunta de Galicia. descargar).
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MEMORIA PARALA JUNTA
MUNICIPAL DE SANIDAD DE ORENSE, 1894 (EN BASE A LA REAL
ORDEN DE 20 de MARZO DE 1894, BOP nº226, 24-3-1894)
Esta Memoria fue presentada a la Junta Municipal de Sanidad en mayo de ese año. Esta iniciativa había partido del Ministerio de Gobernación, el cual deseaba conocer el estado sanitario de las principales poblaciones españolas. Recordemos que todavía epidemias como las del cólera (hubo una muy grave en 1885), la viruela, etc... azotaban periódicamente a las ciudades y pueblos de toda la geografía española.
El Ministerio de Gobernación mediante una Real Orden (
BOP Ourense nº226, 24-3-1894 |
La memoria fue aprobada por
Para Somoza Medina (2001) el Ourense del siglo XIX termina en 1895. En ese año se produce un hecho que va a ser clave en la historia de la ciudad: la llegada del alumbrado eléctrico. Este historiador considera que comienza entonces un nuevo período en el cual se van a dar todas una serie de mejoras y estructuraciones socioeconómicas que van a producir un salto hacia la modernización de la ciudad. Será desde 1895 hasta 1918 (el año de la epidemia de gripe de 1918-9). Así, en el año 1894, momento en el que se elabora la memoria, estamos a las puertas de concluir el período del Ourense decimonónico, el Ourense del siglo XIX (1800-1895).
La fuente de donde la hemos extraído es del Archivo Municipal de Ourense, en el Fondo dedicado a Beneficencia. Este texto ya fue publicado como Anexo en el libro de David Simón titulado "Locura, medicina, sociedad: Ourense (1875-1975)"( 2005, Ourense: Xunta de Galicia. descargar).
Vista de la ciudad de Ourense en 1887. Foto tomada en el AHPOU, grabado de "La Ilustración Española y Americana, 30-9-1887. Colección de Diario de un medico de guardia |
MEMORIA PARA
“ A LA JUNTA MUNICIPAL DE
SANIDAD DE ORENSE
El primer punto de la regla 2ª de dicha circular
dice:
1º”Causas que directa o indirectamente contribuyen a perjudicar la salud pública en la respectiva población y en aquellas del mismo distrito de igual o mayor vecindario que la capital del partido; enfermedades más comunes y frecuentes, y por último, epidemias que hayan existido en el último quinquenio, su duración, fuerza expansiva y difusiva”.
Por lo que respecta a esta Capital, las condiciones
higiénicas son bastantes buenas, debido sin duda a sus situación topográfica y
el aseo de sus calles, embaldosadas en su mayor parte, anchas y relativamente
espaciosas; únicamente se nota todavía en muy determinados barrios alguna
negligencia que paulatinamente va desapareciendo en virtud de los repetidos
bandos de la Autoridad
local de la existencia de algunos zaguanes y cuadras en que, los vecinos se
dedican a la crianza de ganado de cerdo y aves de corral; focos de infección
que en época no lejana habían desaparecido con sólo insistir en el cumplimiento
de las Ordenanzas municipales. En algunos pueblos que constituyen el partido se
observa todavía la inveterada costumbre que va desapareciendo, de depositar los
estiércoles en la vía pública o en partes cercanas a la misma.
Las enfermedades más comunes y frecuentes son
generalmente de carácter esporádico, presentándose con mayor frecuencia
aquellas que responden a una infección del aire y de las aguas (fiebres
tifoideas y fiebres gástricas de carácter tífico).
La viruela, enfermedad que debiera haber
desaparecido de la literatura médica desde el momento en que puede esgrimirse contra ella como
medio preventivo la vacuna, hace también sus estragos en determinadas épocas
por la incuria y falta de aislamiento en los atacados y por el abandono de la
vacunación y revacunación.
En el último quinquenio las epidemias que han
existido fueron más bien pandemias, cuya fuerza expansiva y difusiva se ha
limitado a focos muy reducidos, que pudieron combatirse fácilmente por ser en
general de carácter benigno, concretándose al cuadro noxólogico predicho y
también a la gripe o influenzae.
2º “Causas probables ó ciertas a que se debe la iniciación y propagación de las enfermedades y epidemias aludidas, y qué medidas de higiene pública y privada deberán adoptarse para evitarlas o atenderlas, expresando las disposiciones de carácter práctico y de posible realización que pudieran llevarse a cabo para conseguir disminuya la mortalidad”.
Como causas
probables de las enfermedades y epidemias aludidas, por ser éstas por lo
general de carácter benigno, debemos procurar la desaparición de todas las que
puedan contribuir a su desarrollo; y por lo que respecta a la Capital , debemos apuntar
que se hace necesario el alejamiento del Cementerio general, situado a pocos
metros de las últimas casas de la población, y adosado al Cuartel donde se
aloja la guarnición de la plaza: la necesidad de terminar la red de alcantarillado
general de la Ciudad
que el Excmo. Ayuntamiento va realizando
poco a poco por haberle sido denegada la autorización para enagenar una lámina
que posee del 80% de propios, con cuyo producto aspiraba a realizarlo en pocos
meses.
Es indispensable concluir pronto la red de
alcantarillas para poder hacer desaparecer por completo todas las cloacas ó
pozos negros, y los depósitos más o menos permanentes de aguas sucias, como los
caños o albañales que las conducen y extienden para ser absorbidas dentro de algunos
terrenos, huertas o viñas de propiedad particular.
Y como complemento del alcantarillado no debe
olvidarse la construcción de una alcantarilla general colectora por la orilla
derecha del río Barbaña, la cual reuniendo las inmundicias procedentes de las
alcantarillas de la Ciudad ,
evitaría que se detuviesen o encharcasen, evaporándose y desprendiendo miasmas,
entre las piedras y baches naturales de este río, seco o casi seco en el estío;
y al contrario de lo que actualmente sucede, haría que todas las inmundicias
bien encauzadas y reunidas juntamente con las aguas sobrantes del Canal y de
las Burgas corrieran oculta y rápidamente a desaguar en el Miño, lejos de la
población al Oeste de la
Alameda de los Remedios.
En los barrios exteriores o pueblos rurales de este
Ayuntamiento conviene continuar obligando cada vez más a los vecinos de tener
mucho cuidado y limpieza de los caminos o calles inmediatas a las fuentes,
lavaderos y habitaciones, a fin de evitar que se encharquen las aguas
llovedizas o procedentes de manantiales, y mezclándose con basuras y aguas de
fregaderos, se corrompan y apestan como por desgracia sucede frecuentemente.
Debería además hacer la Alcaldía en tiempo
oportuno cumplir el párrafo segundo del artículo 115 de las Ordenanzas Municipales
que obliga a blanquear con llana de mortero y cal todas las edificaciones de
esta Ciudad, y su término municipal, cuyos paramentos no sean de sillería
construida a hilada, siendo obligación de los propietarios blanquearlas cuando
menos cada dos años.
3º “Idea general del estado higiénico de la población o poblaciones de que trate cada memoria respecto de los particulares que siguen:
A.- Escuelas, mercados, mataderos, industrias, sean o no consideradas como nocivas dentro de poblado, cárceles, cementerios, cuarteles, teatros y cuanto se refiera a Policía urbana en general”.
En todos los pueblos de este partido hay escuelas
elementales de instrucción primaria sufragadas por los Ayuntamientos
respectivos, y a las cuales concurren el mayor número posible de niños de ambos
sexos. En la Capital ,
existen además escuelas prácticas, normales y una de Artes y Oficios
recientemente creada. Procúrase en todas ellas observar debidamente las reglas
higiénicas aconsejadas por la
Pedagogía y no ofreciendo género alguno de duda que el
adelantamiento y cultura moral del pueblo se debe en primer término al perfecto
planteamiento de estos centros de instrucción. Convendría a ser posible, a fin
de que estuvieran mejor servidos todos los barrios aislados, mejorar la
situación de alguna de las escuelas actuales, y buscar local más amplio y
adecuado para otras.
También hay el proyecto de construir un matadero, en
situación más a propósito a la que actualmente ocupa: el cual, por hallarse en
un punto demasiado bajo y próximo a las fuentes termales de las Burgas, no
satisface las condiciones necesarias en esta clase de establecimientos y el
oreo no puede ser completo ya por su situación, ya también porque cargada la
atmósfera de vapores acuosos, las carnes lejos de secarse, se hinchan y
aumentan en peso.
Igualmente el Ayuntamiento vigila con asiduidad para
hacer desaparecer los depósitos de pieles que antiguamente se hacían en
determinados puntos de la
Ciudad con detrimento de la salud pública.
Las Cárceles no satisfacen por completo las
exigencias de los recientes adelantos penitenciarios, efecto de la escasez de
recursos que impide el satisfacer esta necesidad.
Va desapareciendo paulatinamente la terrible
costumbre de inhumar los cadáveres en los atrios de las iglesias y celebrar los
funerales de cuerpo presente a las puertas de las mismas, punto sobre el cual,
deben insistir las Autoridades hasta desarraigar esta práctica proscripta para
la higiene.
Carecemos de cuarteles porque el único existente se
halla amenazando ruina, y si bien se proyecta la construcción de otro nuevo o
la restauración del existente de San Francisco en esta Ciudad, habrá de tenerse
presente siempre el separar del mismo, como queda anunciado, la proximidad del
Cementerio actual.
El único teatro existente en la Capital no reúne tampoco
las condiciones exigidas y conviene modificarlo en todo lo posible.
b.- Obreros y pobres, su alimentación y viviendas
Es una gran ventaja sanitaria el que muchos o la
mayor parte de los obreros vivan en las afueras de la ciudad.
Las corrientes de emigración iniciadas hace algunos
años hacia las Américas han hecho desaparecer en gran parte multitud de
obreros, deseosos de encontrar en aquellas regiones la subsistencia de ellos y
sus familias, que aquí seguramente no conseguían; y en vano se esfuerzan las
corporaciones populares en realizar obras públicas, que el Estado debiera
proteger y aumentar a fin de aminorar aquellas. Los braceros son arrastrados
también por ilusorias esperanzas y unos y otros huyen de la miseria para mejorar
su fortuna, con grave perjuicio de las industrias y la agricultura. La
alimentación es excesivamente vegetal (legumbres, tubérculos, etc...) y las
viviendas, chozas reducidas e insanas, vivificadas únicamente por el aire que
las rodea por todas partes.
c.- Abastecimiento de aguas
En la Capital se ha realizado
hace algunos años por el Municipio una importantísima mejora, es esta: la
canalización del río Loña que surte de abundantes aguas a la Ciudad. A pesar de esto
no debe descuidarse la conservación y arreglo de las antiguas fuentes y hasta
es conveniente y se hace necesario renovar en gran parte alguna de sus cañerías
especialmente las de la
Fuente Nueva y de la Plazuela del Hierro.
d.- Desagüe y alcantarillado
Pocas son
las calles de la Ciudad
que carecen de alcantarillado, y a fin de completarlo consigna anualmente el
Excmo. Ayuntamiento las cantidades que la penuria del erario municipal le
permite para poder alcanzar esta importante mejora. El desagüe del mismo tiene
lugar en la margen derecha del río Barbaña, el cual, como dejamos dicho,
necesita un alcantarilla colectora a fin de que las materias excrementicias no
corran al descubierto disueltas y mezcladas con las aguas del expresado río.
e.- Parques y plantaciones de arbolado
Nótase en la ciudad la carencia de parques,
plazuelas y jardines, verdaderos almacenes de aire oxigenado que tanto
contribuyen al saneamiento de las poblaciones, y conviene excitar el celo del
Municipio para que haciendo desaparecer algunos barrios, manzanas o cuadras de viejos
edificios, se aumente la circulación de aire atmosférico y se mejore a la vez
el aspecto de la población.
f.- Desecación de pantanos y lagunas
Ni en la ciudad ni en sus alrededores existen
pantanos y lagunas que merezcan el nombre de tales.
Podría tal vez asimilarse a un pantano o laguna el
mencionado encharcamiento que experimentan en verano las escasas aguas del río
Barbaña enlodadas y corrompidas con las inmundicias que le aportan las actuales
alcantarillas; pero ya queda indicado la manera de evitar completamente sus
malos efectos por medio de la alcantarilla colectora general.
g.-Servicio general y gratuito de vacunación, laboratorios bactereológicos, Asilos y Casas de Beneficencia, Hospitales oficiales y particulares, Casas de socorro y asistencia domicilio.
Hace
algunos años que se ha establecido en esta Capital un Instituto de Vacunación,
iniciado por el ColegioMédico-farmacéutico y continuado después por los distinguidos profesores Sres.
Quesada y Rivera. La
Excma. Diputación provincial y el Excmo. Ayuntamiento
subvencionaron en parte por algún tiempo los gastos de dicho Instituto. Hace
dos o tres años que el Municipio no contribuye con cantidad alguna para el
indicado objeto, por haber encargado de dicho servicio a los Médicos Titulares.
Este ramo importante de la higiene pública debiera
mirarse con atención predilecta por los Gobiernos, teniendo en cuenta que la
mortalidad ocasionada por la viruela alcanza todavía una cifra, que debiera ser
negativa si este poderoso medio preservativo se llevase a la categoría de
gratuito y obligatorio.
Laboratorios bactereológicos: no existe ninguno en
este Ayuntamiento.
Asilos y Casas de Beneficencia: existe uno sostenido
por la
Diputación Provincial , que bien pudiera completarse en la
forma y modo en que se hallaba instituido hace algunos años. Hoy día se halla
limitado a una Casa Inclusa en donde se lactan los recién nacidos depositados
en el torno, entregándolos incontinenti a nodrizas mercenarias que se encargan
de su cuidado por un período de tiempo más o menos largo. Esas criaturas para
las cuales la provincia debiera velar mejorando su educación física e
intelectual quedan abandonadas al cariño de sus madres adoptivas.
Hospitales particulares no los hay, y oficiales
existe uno sostenido también por la Excma. Diputación
Provincial, que reúne hoy por hoy todas
las condiciones apetecibles.
Hace tiempo germina en el seno de la Corporación municipal
la idea de la creación de una Casa Socorro para atender al pronto auxilio de
los heridos y enfermos en la vía pública; y creemos que la escasez de fondos
había sido la causa de no haber llevado a efecto hasta ahora la implantación de
este importante servicio.
La asistencia domiciliaria se verifica con
inmejorable regularidad por los Médicos Municipales notándose tan solo una
deficiencia en este servicio, a saber: que los pobres enfermos necesitan además
de la asistencia facultativa y medicinas, una alimentación que complemente el
tratamiento higiénico terapéutico, sobre cuyo particular llamamos la atención
del Gobierno de su S.M..
Creemos haber cumplido en la medida de nuestras
fuerzas el encargo con que esa Junta nos ha honrado, y confiamos en que la
ilustración de las personas que la componen sabrá suplir las deficiencias que
se observen en este desaliñado trabajo.
En Orense, 26 de Abril de 1894.
Firmado: Ricardo Nóvoa y José A. Queralt."
En Orense, 26 de Abril de 1894.
Firmado: Ricardo Nóvoa y José A. Queralt."
(Es aprobado por la Junta Municipal en
sesión de 5 de Mayo de 1894).
Fuente: ARCHIVO MUNICIPAL DE
Ourense. CAJAs Beneficencia. “Memoria 1894” .
Este texto ya ha sido publicado en el libro de David Simón (2005): "Locura, medicina, sociedad: Ourense (1875-1975), Ourense: Xunta de Galicia.
Este texto ya ha sido publicado en el libro de David Simón (2005): "Locura, medicina, sociedad: Ourense (1875-1975), Ourense: Xunta de Galicia.
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