El Dr. Adrián Gramary, se define en su blog "Lecturas psiquiátricas" como ciudadano del mundo, habitante del universo virtual hispano-galego-portugués...y que trabaja como psiquiatra en el “grande Porto”.
Ya viejo conocido de nuestro blog, hemos tenido la oportunidad de disfrutar algunos de sus trabajos e intervenciones sobre psiquiatría clinica, historia de la psiquiatría, arte y psiquiatría, psiquiatría forense, rehabilitación psiquiátrica, literatura... en congresos y jornadas en Ourense, Coimbra y Porto, recuperando así una perdida relación científica/personal entre la medicina y la psiquiatría de Galicia y la del norte de Portugal.
Recomendamos desde este blog la lectura de su "Palco de la locura", así como queremos desearle un gran éxito y reconocimiento por este nuevo trabajo.
resentación del libro Palco de la locura de Adrián Gramary. EN el acto intervendrá, además del autor, el psiquiatra Tiburcio Angosto.
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TEXTO DE LA INTERVENCIÓN DEL PSIQUIATRA SANTIAGO LAMAS EN LA PRESENTACION DE "PALCO DE LA LOCURA" EN OURENSE, 17/11/2016.
Presentación de PALCO DE LA LOCURA.Los demonios en Picasso,
Hemingway, Marilyn…Adrián Gramary. Follas Novas . 2016[1].
Publicado por: Santiago Lamas
Fecha de publicación: Viernes,
18 noviembre, 2016
Hace unos meses, después de leer el libro de Adrián Gramary
en su edición portuguesa, escribí una reseña para una revista de la
especialidad que los dos compartimos en la que decía: los artículos recogidos
en este libro de Adrián Gramary, poseen una infrecuente virtud. Podrían ser
publicados tanto en una revista psiquiátrica como en una revista literaria y no
de las menos importantes…
La lectura, relectura, de la versión en español, como era
previsible, confirma lo escrito en aquella ocasión aunque a mí, por razones que
non vienen al caso, me gusta más la versión portuguesa.
En el prólogo, Gramary avisa de que su libro, quiere ser,
una reivindicación de la lectura y del buen lector… lectura como placer, como
investigación, como fuente de reflexión y como tentativa de conocimiento del
otro…No sé si su aviso llegará a muchos de nuestros colegas pues hace años,
creo, que muchos psiquiatras, de siempre los más lectores de los médicos, (y
con ellos muchos nuevos y viejos lectores ajenos a la profesión), dejaron de
leer, por lo menos en el sentido que Gramary pretende. La prosa científica
psiquiátrica es hoy un erial en el que, con algunas excepciones, ni existe una
mínima voluntad de estilo en su
redacción, ni encontraremos en ella ejemplos, citas o recursos expresivos
tomados de Shakespeare, Virxilio, Proust, Platón, Hemingway o Primo-Levi para
ilustrar existencias en riesgo, casos clínicos o borrosas entidades
diagnósticas aún nacientes. Hasta no hace mucho, revistas de primera línea de
la especialidad acogían artículos científicos rigurosos que no ignoraban estas
fuentes literarias e incluso en sus páginas,podían leerse reseñas literarias
que tuvieran relevancia o interés para el oficio psiquiátrico siguiendo, no sé
si por conocimiento o por propia decisión, el dictum de Roland Barthes que
escribía en alguna de sus obras, que la literatura, ese amplio repertorio de
conocimientos de los comportamientos humanos, abarca todos los saberes, si bien
añadía, de forma no científica. El
abandono, hay que decirlo, no fue total
pero no deja de ser curioso que este recurso a la literatura, las artes o la
filosofía[2], lo vamos a encontrar hoy, con excepciones como la de Gramary, en
neurólogos como Antonio Damasio, Oliver Sacks o Ramachandran a los que su
disciplina, más “dura” que la
psiquiatría, no los predestinaba.Habrá que preguntarse porqué…
Hace tiempo que no leo las revistas de psiquiatría por lo
que no puedo acreditar si recuperaron esa vieja costumbre pero sospecho que las
cosas cambiaron y van ahora por otro camino,
más apropiado para unos tiempos en los que la lectura se apaga, las
librerías cierran,y el silencio, obligado para cualquier lectura verdadera, hay
que buscarlo en lugares apartados.
Gramary,es uno de esos lectores resistentes que se mueve con
habilidad y conocimiento tanto en el campo de la psiquiatría como en el de la
literatura, la pintura o la danza. Con una prosa limpia y un contar claro y bien,
como defendía don Álvaro Cunqueiro, las vidas y muertes de Hemingway, Stefan
Zweig o Primo-Levi, (ese escritor al que
nada menos que George Steiner describía como, supremo, supremo, supremo),la
ceguera histérica de Hitler, los dilemas éticos que nacieron con Hiroshima y la
víctima inesperada de Claude Eatherly, que nunca se perdonó a sí mismo haber
concedido desde su avión de reconocimiento el permiso atmosférico que el Enola Gay precisaba para su misión,los
dilemas éticos de Gunther Anders-Eichman-
Hannah Arendt- Harry Truman que siguieron, la infortunada vida de Marilyn y su
peculiar relación con sus psicoanalistas, los psiquiatras de los juicios de
Nuremberg, Van Gogh, Nijinsky, Charcot, Picasso y como sobrevivir a la siembra de
suicidios póstumos que dejó entre sus allegados, Virxinia Woolf y su historia
familiar, clínica, amorosa y literaria, son algunas de las vidas y de sus avatares que tienen acogida en estas páginas
de Palco de la Locura.
Es un lugar común pensar que las Humanidades humanizan.
George Steiner, asegura que no es así y esa posibilidad corre inquietante todo
a lo largo de su numerosa obra….
Un hombre-dice Steiner escribiendo sobre el nazismo- puede
leer a Goethe o Rilke por la noche, puede tocar a Bach o Schubert, e ir por la
mañana a su trabajo en Auschwitz…¿Cuales son los nexos, hasta ahora poco
conocidos, entre las pautas intelectuales psicológicas del saber literario
elevado y las tentaciones de lo inhumano?…
La pregunta de Gramary en este libro tiene parentesco con la
de Steiner: ¿Cuáles son los nexos de la creatividad literaria o artística con
la locura?. ¿Por qué la locura en sus diversas manifestaciones, suele ser la
compañera de las más altas cimas de esa creatividad?. Hay algunas pistas en
este libro no respuestas definitivas…¿Acaso alguien las tiene?.
No es lo mismo un psiquiatra que escribe que un escritor que
es psiquiatra. El primero tiende a explicar obras y vidas reduciéndolas a una
patología. El segundo, añade su saber a los demás saberes con los que entender
esas obras y vidas. Aquí, hay un escritor brillante y un lector no menos
brillante, (cosa pienso yo, aún más difícil)
que acontece que es psiquiatra
por oficio y aprovecha – también- las herramientas de su oficio
cuando hace al caso.
Decía Pierre Bourdie, que una cosa es el prestigio, que
conceden los colegas, y otra la popularidad, que otorga el público de los
mas-media y son asuntos muy diferentes. Cualquiera que no esté fascinado por esa
especie de psiquiatría o psicología popular mass-mediática,que no prestigiosa,
con sus recetas para la felicidad a la vuelta de la esquina o los avatares de
un neurotransmisor, saldrá más sabio de la lectura de este libro y disfrutara
haciéndolo porque hay mucho más en él que ese acostumbrado ejercicio de
etiquetado diagnóstico que practican algunos
de nuestros colegas que parecen
pensar que basta con un diagnóstico para iluminar la vida y las obras de
artistas, escritores o políticos. No es esa la intención de Gramary y por si
hubiera alguna duda, el mismo advierte que
su libro quiere huir de ese artefacto pretencioso denominado
psicobiografía o patobiografía…
Uno, que ya va mayor y lleno de lecturas, reconoce en las
primeras páginas de cualquier texto el talento de quien sabe contar y
cualquiera que coma yo,se acerque a estas páginas, no tengo duda, que
encontrará algunas respuestas y como en todo buen libro, muchas nuevas
preguntas fundamentales que antes desconocía. Este pequeño texto que leo, es el
elogio de un lector agradecido que disfrutó y aprendió con este Palco de la
locura y si tienen alguna duda en lo que afirmo, están en su derecho, pueden
comprobarlo por si mismos. Basta con
leerlo.
Por cierto; hermosa dedicatoria la del libro: Aos meus pais
que vão conmigo…
Un aviso, este por mi cuenta. Un estudio publicado en
septiembre de este año en Social Science and Medicine afirma lo siguiente. Se
estudiaron 3.635 participantes de más de 50 años a las que se siguió durante 12
años midiendo sus parámetros de salud y sus hábitos de lectura. Las
conclusiones fueron: los que dedican más de 3,5 horas a la semana a la lectura
de libros, (los periódicos, comics etc. no valen) viven de promedio dos años
más que los no lectores.No es mal momento para iniciar o continuar el
“tratamiento” con este
libro.(http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0277953616303689)
[1]Adrián Gramary, Vigo 1967. Estudió medicina en
Compostela. Psiquiatría en el Hospital Magalhães Lemos de Porto.Hoy, ejerce la
psiquiatra en Porto, en el hospital Conde Ferreira. Va y viene entre Vigo y
Porto todas las semanas.
[2] El libro de antiguo psiquiatra y premio Nobel Eric
Kandel, The Age of Insight, es una muestra de ciencia y humanidades.
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