lunes, 6 de abril de 2020

De la gripe española al COVID-19 ( La Región, 6 de abril de 2020, por José Paz)

De la gripe española al COVID-19 
(artículo de José Paz, en La Región,  6 de abril de 2020)
https://www.laregion.es/articulo/ourense/gripe-espanola-covid-19/20200405223057937343.html

Encontramos demasiados paralelismos entre la gripe española de 1918 y el COVID-19 que nos azota. Ambas fueron tomadas como una variedad de la gripe y no una mortífera pandemia que en Ourense hizo estragos.
Una de las imágenes inusuales y llamativas de las muchas que nos ha dejado el coronavirus ha sido la de los soldados de la UME embutidos en los trajes EPIs desinfectando infraestructuras  y residencias de ancianos. Su aspecto marciano en medio de una “guerra” contra lo invisible imprime dramatismo. En todas las epidemias, la desinfección y la higiene continuada es una medida inevitable. También la cuarentena.
Tanto en la gripe española de 1918 como en la del Covid-19 se infravaloró la gravedad  y alcance de la pandemia
En la de la denominada gripe española (1918), la desinfección de las vías públicas, el baldeo de calles y las disoluciones de hipoclorito sódico fueron métodos de acción. Según cuenta el médico David Simón, los soldados de entonces era personal de brigadas sanitarias municipales. Las sulfatadoras esta vez también han salido a las calles.

Tomado de https://www.laregion.es/articulo/ourense/gripe-espanola-covid-19/20200405223057937343.html

Mundos paralelos

 Entre la gripe española y el COVID-19 hay muchos paralelismos, en ambos, no se valoró la llegada de una grave epidemia y los estragos -sociales y económicos- fueron enormes. El mundo andaba inmerso en la primera Gran Guerra y no quiso evidenciar ante el enemigo otra batalla interior.

En la sanidad, como en tantas cosas, hay dos patas, una la asistencial y otra la preventiva. A raíz de la gripe española se desarrollaron importantes medidas de relanzamiento de la estructura de salud pública en España. “Se crearon los Institutos Provinciales de Higiene, también laboratorios de investigación a nivel local”, comenta David Simón. La gripe española tuvo una mortandad en Ourense muy alta, la más elevada de Galicia, 145 de cada 10.000 personas fallecieron, mientras en España la media era de 92.

La pandemia pilla a la ciudad con una sistema sanitario insuficiente, tan sólo el Hospital de las Mercedes, que era el de la beneficencia pública; el resto eran consultas privadas. Ante la gravedad de la pandemia, se opta por adaptar otro más, en el Paseo, primero en el edificio del desaparecido Círculo Católico de Obreros y posteriormente en la actual Subdelegación de Defensa, ambos edificios de Vázquez Gulías. “Existía la beneficencia ambulatoria, la atención a enfermos pobres por parte del Ayuntamiento”. Tras la experiencia de epidemias anteriores como el cólera se puso en evidencia la necesidad de implementar la sanidad, otra cosa es que se hiciera lo posible. En el rural era común, las igualas, una especie de cuota fija para disponer de asistencia sanitaria. En el Ayuntamiento -cuenta Simón- contaban con una serie de médicos municipales, que se encargaban de visitar a los enfermos, de las vacunaciones y de hacer informes de salud pública. “También existía -cuenta- un Laboratorio Municipal de Higiene, dirigido por el farmacéutico José Fernández Martínez, él fue quien asesoró al Ayuntamiento en las compras de materiales de desinfección de la Casa Metzger, en 1909”.

Al igual que otras pandemias, la gripe del 18 dejó otras olas en meses posteriores, menos mortíferas pero de importancia. La experiencia sirvió para reforzar sistemas de salud pública. Cuando pase el COVID-19, nada será igual, en cuanto a usos y formas de relacionarnos, Lo que sí tocará, será valorar y reformar más la estructura de salud pública.

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