Reproducimos hoy un artículo en torno a la profesión médica y la práctica clínica, que nos hacen llegar desde la delegación de la redacción en la capital del Estado, y que firma el Dr. Albert Jovell (Presidente del Foro Español de Pacientes, http://www.webpacientes.org/fep/).
Está escrito en el contexto de otras noticias que aporta hoy el periódico "El País" acerca del tema de la incapacidad laboral temporal y los incentivos a los médicos para combatir el fraude/abuso en el uso de las mismas por parte de la ciudadanía. Es un tema de espinoso abordaje, y en el que está mucho dinero público implicado/invertido tanto desde Ministerio de Trabajo/Seguridad Social como desde las Administraciones autonómicas (en nuestro caso el Servizo Galego de Saúde y la Consellería de Sanidade) para garantizar derechos/prestaciones de los ciudadanos. Hablaremos otro día más sobre ello... es un tema en el que tenemos que repasar/profundizar/refrescar algunas trabajos que consideramos clave para mejor comprender y no sesgar noticias/lecturas acerca del mismo. Nos referimos a autores como Adela Cortina o Victoria Camps acerca de la ética pública y del oficio de ciudadanía. Solicitamos ayuda a los lectores expertos del blog en este tema...
Mientras tanto ahí queda el artículo de Jovell y el enlace a las otras noticias sobre las bajas/incentivos en el diario "El País" .
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Equilibrismo médico
ALBERT JOVELL,
El País, 23/12/2009
Aunque el término quizá sea más apropiado para películas de espionaje, el concepto de doble agente aplica también al doble rol que tienen los médicos como defensores al unísono de los intereses del paciente y de la sociedad. La defensa de estos dos intereses, que podrían extenderse a la condición de triple agente si incluimos los del propio médico, es fácil de asumir si las posiciones coinciden y puede resultar de difícil resolución si entran en conflicto. Esta última situación puede convertir a los médicos en verdaderos equilibristas al tener que decidir entre la defensa del interés individual y el de la colectividad. Y si se produce esa situación: ¿A quién debe obedecer el médico?
La pregunta, no exenta de consideraciones morales, no es fácil de responder. En primer lugar, porque no queda claro en todas las circunstancias quién es el legítimo representante de la colectividad. En segundo lugar, porque los médicos pueden ser incentivados de forma perversa a favorecer formas específicas de actuar. Y, en tercer lugar, porque en la actualidad sigue vigente el contrato social implícito entre médicos y pacientes por el cual los primeros defienden los intereses de los segundos sin que ello admita interferencias de terceras partes. Sin embargo, las bases de ese contrato social deben ser revisadas incluyendo a las Autoridades Sanitarias, que son los empleadores de los médicos en el sector público, pero también a las asociaciones de pacientes, que representan al colectivo de afectados; los colegios profesionales y las sociedades científicas.
La respuesta a la pregunta anterior es que el médico debe honrar el contrato social que le obliga a respetar la autonomía del paciente y ayudarle a tomar aquella decisión que mejor defienda su salud y bienestar. En el caso de que el médico se sienta coaccionado a tomar decisiones que van en contra del paciente o le puedan perjudicar tiene que comunicárselo al interesado y ponerlo en conocimiento de los colegios profesionales y del comité de ética asistencial de su institución. Finalmente, cabe recordar que el ejercicio de la medicina se hace desde una posición de triple asimetría: conocimiento, experiencia y vulnerabilidad; entre el médico y el paciente por la cual el paciente se ve obligado a confiar de forma ciega en su médico. Esa confianza constituye la red de seguridad de los médicos cuando están tomando decisiones encima de un trapecio. A veces, mantener el equilibrio puede ser una virtud profesional.
1 comentario:
CARTas al Director (El País, 4-1-2010)
"Bajas laborales: incentivos y abusos"
por ALBERTO GARCÍA SIERRA (Médico del Servicio Galego de Saude) - Lugo - 04/01/2010
El tema de las muchas bajas laborales que existen, así como el que se prolonguen en el tiempo es debido a múltiples causas imposibles de abordar en tan poco espacio. Pero sí que se pueden hacer cosas fáciles de aplicar de manera rápida y que podrían ser de utilidad.
1. Hacer una campaña sanitaria del enorme coste económico que supone el estar de baja y la repercusión que tiene en poder dedicar ese dinero para otros fines sociales, como mejorar las pensiones, crear más puestos de trabajo o amparar mediante el subsidio de desempleo a más personas y por más tiempo en momentos de crisis como el actual. 2. Mayor relación entre el médico que prescribe la baja y la Inspección Médica o la Inspección del INSS (el que paga las mismas) para hacerla más fluida en conceptos, y premura en lo que se decida hacer para detectar y solucionar aquellos casos que puedan ser objeto de mayor atención por posible abuso. 3. Que la clase política deje de jugar con la sanidad para sacar votos con los que mantenerse en el poder, ya que en muchas ocasiones el paciente cree que es una obligación del Estado tenerle que proporcionar lo que él desee, incluso una baja laboral que no procede. Y, 4, no incentivar nunca una medida inquisitorial que pudiera tener como único efecto romper lo más importante que existe en la asistencia médica de primer nivel: la buena relación médico-paciente que en todo momento debe de prevalecer.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Bajas/laborales/incentivos/abusos/elpepuopi/20100104elpepiopi_7/Tes
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