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| El doctor José Eire Santalla ( tomado de Rivas, 1989, p.34) |
Sobre el médico ourensano José Eire Santalla (1882-1963) ya teníamos algunos datos de su biografía personal y familiar pero quedaba un tanto borrosa su trayectoria.
Sabíamos de su colaboración con el periodo inicial de la institución"La Gota de Leche" que el médico Lino Porto Porto inaugura en Ourense a principios del siglo XX. La Gota de Leche tuvo bastante importancia en todo lo relacionado con los cuidados de puericultura y la mejora de la mortalidad infantil en Ourense. Eire marcha poco después a trabajar como médico en la Marina Civil, en los barcos de pasaje entre Europa e Hispanoamerica, y allí estuvo durante años, hasta su jubilación.
La primera persona que dió datos del Dr. Eire fue Luis Rivas Villanueva en uno de sus libros publicados hace años ( "Do Posío aos Remedios", 1989), y allí aportaba un retrato del médico, vestido con su uniforme de la Marina Mercante.
Ahora el periodista y escritor Evelio Traba ha publicado en el periódico ourensano La Región, una interesante reseña biográfica del galeno ourensano . A través de valiosa documentación y de datos de hemeroteca aporta novedosos datos sobre deste médico que ejerció profesionalmente durante varias décadas, fuera de la provincia de Ourense fundamentalmente durante su trabajo, como médico en vapores de pasaje o como médico en la Marina civil.
Aguardamos futuras entregas de Evelio Traba acerca de la actividad profesional y peripecias del doctor Eire en la Marina mercante. Traba lo hará a través del análisis y vaciado del valioso material que ha logrado encontrar: varios cuadernos de bitácora de la enfermería de uno los buques en que trabajó Eire.
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Reproduzco el texto publicado en La Región:
https://www.laregion.es/ourense/jose-eire-medico-pobres_1_20251116-4058538.html
El Dr. José Eire Santalla es uno de los mitos desconocidos de Ourense.
Evelio Traba - Escritor y profesor de literatura
Publicado: La Región, 17 Nov 2025 .https://www.laregion.es/ourense/jose-eire-medico-pobres_1_20251116-4058538.html
José Eire, retratado en el Estudio Pacheco, hacia 1920. | La Región
El pasado lunes 10, sobre las once de la mañana, al autor de este trabajo le fue revelada en la tienda de antigüedades A Cova da Meiga, la existencia de un registro sanitario excepcionalmente bien conservado, que perteneciera al vapor correo Magallanes. Las horas siguientes se transformaron en brevísima arena, intentando traducir en imágenes mentales, un relato enigmático, cuando menos, raro.
Se trataba de una de las bitácoras de enfermería de un buque que ha marcado la historia marítima del siglo XX español: se abría por un lado un hilo narrativo de historias sui generis, y por otro, el enigma sobre la biografía del último poseedor y custodio del material, el doctor ourensano José Eire Santalla.
Resultó altamente complicado en primera instancia estructurar un relato biográfico vertebrado y coherente, por la sencilla razón de que aún no había aparecido una causa que desempolvase la memoria de un hombre esquivo, y aparentemente secundario en la trama de la historia local.
Una vez asentada la turbidez de la impaciencia y la fascinación, comenzaron a emerger, como corchos liberados hacia la superficie, teselas de información que permitieron preestructurar una secuencia biográfica.
Eire se distinguió por la búsqueda de la verdad científica, el dinamismo y el compromiso con las luchas de su época
La primera de estas unidades de sentido fue la aparición del obituario del doctor Eire publicado por La Región. Este dato permitió corroborar que, efectivamente, había nacido en el año 1882, pues ni siquiera el historiador Luis Rivas Villanueva, en el brevísimo esbozo biográfico sobre Eire en su obra Do Remedios os Posío (1989), aportaba la fecha de su nacimiento.
Entre los datos de rigor aportados por Rivas, destaca el hecho de que el doctor Eire provenía de una acaudalada familia de ferreteros. Luego, el resto de evidencias apareció durante hondas inmersiones en la prensa de la época: El Miño, El Pueblo Gallego, El Progreso, y números fundacionales de este propio diario.
Los estudios
No tardó el niño José Eire en vencer los tiernos rigores de las primeras letras para ingresar en el Instituto de Segunda Enseñanza Otero Pedrayo, entre 1893 y 1897, con once años. Allí le sedujeron el milagro de las ciencias experimentales y las exóticas criaturas prisioneras en las vitrinas. Dos años después de finalizar el Bachillerato, en 1899, ya se hallaba estudiando Farmacia en la Universidad de Santiago. Pero el joven Eire entonces lo tuvo claro: no sería un disciplinado y huraño boticario de pueblo; sería médico. Santiago se le volvía pequeño. Madrid quedaba lejos, pero era justo del tamaño de su ambición: allí, en medio de un boato que hoy resultaría ampuloso y absurdo, recibió el título de Licenciado en Medicina, el 1 de julio de 1907, hecho del que se hiciera eco El Miño al día siguiente.
Un hombre de acción
Siendo un joven de 26 años se lanza a un viaje al otro lado del Atlántico que será el primero. El diario local El Miño, lo saluda a su regreso de Buenos Aires el 6 de agosto de 1908. Chocará entonces con una realidad marcada por el caciquismo y una política local profesionalizada en intrigas y corruptelas. Destinado a Paderne, Allariz, a inicios de 1912, entrará en contacto directo con las injusticias que padecían los agricultores por parte de los grandes terratenientes, sensibilizándose con las condiciones de insalubridad y atraso material de la comarca. Pero siente que esa realidad le supera, y es entonces cuando regresa a la ciudad para sumarse a uno de los proyectos por los cuales aún se le recuerda.
“La gota de leche”
El médico veterano Lino Porto, recién había perdido un brazo en un accidente, decidiendo encaminar sus esfuerzos hacia un tipo de práctica profesional que se adecuara a sus limitaciones: la medicina pediátrica. El joven Eire le pareció atrevido, con bríos para cambiar el mundo, y fue entonces cuando comenzó una fructífera relación colaborativa:Eire le apoyó en todas las cuestiones logísticas y organizativas de “La Gota de Leche”, una iniciativa que velaba por la salud de los lactantes provenientes de familias desfavorecidas, y que consistía en la higienización de la ingesta de leche, con el fin de reducir a cifras mínimas la mortalidad infantil.
El proyecto fue el primero de su tipo en Galicia. Tuvo un éxito considerable que reforzó el prestigio de Porto, y puso a un joven Eire en el mapa de la comunidad científica gallega. No obstante, desacuerdos personales con su mentor le llevaron a abandonar la colaboración hacia fines de 1912, y concentrarse en ganar una oposición para la marina mercante, hecho que finalmente se produciría el seis de abril de 1913, siendo Eire el único de todos los aspirantes ourensanos en alzarse con la codiciada plaza pública.
Prisionero en Sudamérica
Todo parece indicar que ya en 1914, Eire se movía libremente entre hombres de mar de otras nacionalidades. Tal es el caso, que en noviembre de ese año se encuentra como médico del vapor inglés La Correntina, frente a las costas de Buenos Aires. El buque, tras su hundimiento por un destructor alemán, queda su tripulación a merced del enemigo. El hecho generó que Eire y sus compañeros resultasen prisioneros durante siete semanas, razón por la cual su familia estuvo sin noticias suyas durante cincuenta días, tiempo razonable para darle por muerto en casa, y en toda la ciudad de Ourense. Con la ayuda del tenor ourensano José Iglesias, Eire se trasladó por vía fluvial a Montevideo, desde donde cablegrafió a sus padres dando cuenta del suceso.
La experiencia debe haber sido en extremo traumática para Eire y su familia, pues según se ha observado en publicaciones periódicas, a su regreso se mantuvo en Ourense desde la primavera de 1915 hasta el otoño de 1919.
La vida sigue
Entre 1915 y 1918, Eire, plenamente insertado en el panorama social ourensano, volvió a su vocación de luchador social. Durante la llamada “Gripe Española de 1918”, Eire ayudó a gestionar el Hospitalillo de Infecciosos de la ciudad, empleando técnicas de higienización avanzadas para la época, combatiendo prejuicios y tendencias oscurantistas en la población.
A partir de 1920, revive su espíritu aventurero y rota por varios vapores de la Compañía Trasatlántica Española en calidad de médico. Se convierte en un personaje famoso entre los actores de la migración, al punto que en Venezuela y Argentina le nombran presidente de honor de varias colonias ourensanas. Durante la Guerra Civil tendrá que ejercer como médico militar en el Cuartel de Ourense, pues la conflagración le ha soprendido durante una licencia que ha ido a pasar con su familia. Será un periodo amargo, pero en 1941, volverá a las andadas marítimas.
El doctor Eire encarna la imagen del galeno de los pobres, afable, simpático y conversador. Ha sido ya médico del Alfonso XIII y del Manuel Arnús, y tan solo le queda por capitanear la enfermería del Magallanes, pero esa es ya otra historia, igualmente sorprendente del médico ourensano.
https://www.laregion.es/ourense/jose-eire-medico-pobres_1_20251116-4058538.html

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