La gripe de 1918 y la del 2009
Más de trece millones de españoles serán vacunados este otoño de 2009 contra la gripe A, a la cual ya le han colocado el "honor" de ser considerada la pandemia del siglo XXI.
Los trabajadores sanitarios y los de los servicios esenciales básicos, como policías, guardias civiles, bomberos, protección civil y ambulancias, las embarazadas, los menores de 14 años y los enfermos afectados por patologías crónicas graves se convertirán en los primeros españoles en ser vacunados contra la gripe A(H1N1).
Así lo acaba de anunciar la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, durante su intervención en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, ante la que compareció para explicar las medidas que se han tomado en el país para combatir la expansión de esta pandemia. La titular de Sanidad recordó que España ha encargado 37 millones de dosis, de las que 27 se repartirán entre las comunidades autónomas y 10 se las quedará el Gobierno central como reserva estratégica. Entendiendo que cada paciente debe recibir dos dosis, hay vacunas para 18,5 millones de ciudadanos.
¿Cómo afrontó y sufrió la sociedad ourensana la otra famosa pandemia gripal, la de 1918?
La pandemia gripal irrumpe en España en la primavera de 1918, procedente de Europa, con varios momentos álgidos en los meses siguientes y principios del año 1919. Uno de los períodos más graves va a ser el del otoño-invierno de 1918. A principios de Octubre de 1918 una Real Orden del Ministerio de Gobernación aprueba establecer en todas las poblaciones importantes que carecieran de ellos, laboratorios municipales con los elementos suficientes para el análisis y desinfección. Se redactaron por Cartillas Sanitarias con normas para evitar el contagio de gripe y tratar a los enfermos afectados. La redactada por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao en 1918, apuntaba normas tales como: inspirar el aire por la nariz y espirarlo por la boca, uso de mascarillas, enjuagues de la garganta con antiséptico, no abusar del alcohol y comer con moderación, descansar nueve horas diarias.... Limpieza y desinfección de lugares públicos...
En Ourense, que sí contaba con Laboratorio Municipal, la epidemia alcanza de lleno a la capital en el otoño de 1918, y obligará a medidas excepcionales como veremos a continuación.
Dicha epidemia produjo en 1918 el crecimiento vegetativo de la población mas bajo en toda la primera mitad del siglo XX en Ourense (incluyendo los años de la guerra civil y la posguerra). Hubo 16.412 muertos en 1918, del doble de la media de los 5 años previos o los cinco posteriores (INE, 1956). La epidemia dejó veinte millones de víctimas en el mundo.
ASISTENCIA SANITARIA EN EL OURENSE DEL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX : Dispositivos asistenciales para epidémicos.
El único hospital público existente en la capital era el Hospital Provincial (Beneficencia) de As Mercedes, ya que aún no estaban concluídas las obras del Hospital Modelo de As Lagoas ( iniciadas en 1910 y concluídas en 1930).
Unos años antes, entre 1910 a 1914, había funcionado el “Hospitalillo de Infecciosos” de A Rabaza, pero fue cerrado por el Ayuntamiento debido a la presión vecinal ante la Inspección Provincial de Sanidad( Dr.Francisco Becarés ) y la escasa utilización del mismo ( A.M.O, Sanidad Municipal).
En el Hospital de As Mercedes también funcionó desde al menos 1897 hasta su cierre, un Departamento especial, habilitado en la planta baja y que era utilizado para “dementes o variolosos” según la necesidad del Establecimiento.
OCTUBRE , 1918, OURENSE: LA EPIDEMIA DE GRIPE
En otoño de 1918 y dado el cariz que iba tomando la epidemia gripal, se habilitó para atención a los enfermos el edificio del Círculo Católico de Obreros, situado en la calle Vicente Pérez (hoy Paseo), para trasladarlo posteriormente al edificio de los Hermanos Maristas , también en la calle Vicente Pérez. En el Círculo Católico quedó instalada una Estación de Desinfección de ropas.
En este “Hospitalillo Municipal de Epidémicos”, se instaló en la planta baja la hospitalización para mujeres y el botiquín; en la primera planta se hospitalizaban los hombres, y estaba la zona de desinfección, despachos y oficina de registro. En el “Hospitalillo” ingresaron a 177 enfermos y era atendido por 5-6 médicos( José Nogueira Mera, Francisco José Rionegro Díez, Ubaldo Alvarez, Jesús Taboada, Manuel Bouzo , José Eire ), dos practicantes de cirugía menor (Eduardo Fernández y Luis González), seis Hermanas de la Caridad, dos enfermeros (Alejandro y Abelardo Guitián), un desinfector (Bricio Serantes ), dos camilleros y tres estudiantes de Medicina ( Carlos Guitián , Julio García Pérez y P.Tizón).
Las causas de los fallecimientos y los datos de los fallecidos en Ourense capital eran publicados diariamente en la prensa local. A modo de ejemplo y sin pretensiones cunatitativas ni exhaustivas detallaremos los fallecimientos del 21/10/18, publicados en La Región, en donde podemos apreciar cómo la tragedia alcanza a individuos de edades muy jóvenes, por debajo de los treinta años :
- A.I.P., 14 años, bronconeumonía gripal
-A.R.Z., 19 meses, meningitis gripal
-D.L.F, 14 años, miocarditis gripal
-M.F.V., 27 años, de gripe
-C.R.R, 52 años, de bronconeumonía
-G.F.G., 19 años, grastroenteritis
-P.R.P., 23 años, gripe forma neumósica
-C.S.F., 28 años, tuberculosis pulmonar
-J.P.P., 4 años, gripe
-J.I., 57 años, gripe
-A.S.R., 8 años, bronconeumonía gripal
-A.A.F, 31 años, gastritis
-L.H.G, 30 meses, fiebre gripal
Hubo además intenso trabajo por parte del Laboratorio Municipal, quien intervino en más de 400 pisos y casas para labores de desinfección, aparte de repetidas desinfecciones en lugares especiales como el Asilo, Cárcel, Matadero, Casa del Ayuntamiento, Círculo Católico... utilizando cal y sufato de cobre, amén de otras intervenciones (azufre, creolite, zotal...).
Las desinfecciones domiciliarias eran totalmente gratis para las familias pobres, sin que hayamos podimos contrastar este dato( así figura en La Región, 17-10-2000), aunque suponemos que iría dentro de las medidas que el Ayuntamiento instaura con el nombre de “Bonos-carnet para los enfermos pobres”. Dichos bonos debían ir firmados por el médico municipal que asistía al paciente concreto, y darán lugar a una agria discusión en una sesión del Ayuntamiento al cuestionarse algunas actuaciones y actitudes de los médicos municipales ( salvando de las críticas al Dr.Rionegro, y defendidos éstos por el concejal Sr.Moreno - médico de profesión-) frente a otros funcionarios( los concejales Sr.Areán y Sr.Cobelas son los que plantean el tema en el Pleno). El conflicto venía dado por la emisión, firma y reparto de las ayudas a los enfermos pobres en el Hospitalillo Municipal, así como derivado de algunas actitudes e insubordinaciones hacia el director del Hospitalillo ( La Región, 20-10-1918).
En la prensa local (La Región, 17 y 18-10-1918) se publicaron diversos artículos y bandos gubernativos de interés público. El primero de ellos acerca de Normas de Desinfección a iniciativa del Laboratorio Municipal (La Región, 17-10-1918). La propia prensa local (La Región, 18-10-1918), publica al día siguiente en portada un extenso trabajo acerca de Desinfección durante el curso de una enfermedad, tomado del “Tratado Elemental de Higiene”, obra de la que era autor el médico y catedrático de Instituto de la ciudad, Agustín Moreno Rodríguez. En este mismo número de La Región se publican las disposiciones gubernativas tras ser declarado el estado epidémico en la provincia.
Un medida excepcional, y extremadamente dolorosa de tomar para las autoridades fue la prohibición de la Fiesta de Difuntos del 2-11-1918, así como el paso a los cementerios. Esta determinación es tomada por el Gobernador Civil, Pedro Villar, y publicada en un Bando del 21-10-1918, que se publica dos días más tarde en la prensa local (La Región, 23-10-1918).
Otras iniciativa que surge en la capital fue la apertura de una Comisión para organizar una“Suscripción en favor de los pobres atacados de gripe”, y que estaba compuesta por los Sres. Juan Taboada, Alfonso Junquera, Aser Román, Juan Antonio Méndez y Vicente Nieto. Los donativos se recogían en los almacenes de tejidos del Sr.Junquera, de los Hijos de Siméon, o de Hijos de José Román ( La Región, 17 y 18-10-1918). Como más adelante señalaremos, esta Comisión y la suscripción que consigue recaudar, conseguirán mejorar la dotación hospitalaria en años posteriores
LA GRIPE de 1918 EN EL RESTO DE LA PROVINCIA ( y algunos apuntes sobre la gripe en el resto de Galicia).
La epidemia gripal adquirió caracteres alarmante por la falta de medios sanitarios en muchas localidades de la provincia. En La Región, se daba cuenta diaria de la situación en muchas de las villas y ayuntamientos, aunque a veces la gravedad de la situación y la extensión de la referencia dependía del cronista (muchos de ellos párrocos del lugar). Tomaremos algunas a modo de ejemplo:
“En Bande: Telegrama del 17 a las 18: La epidemia en este municipio se extiende de forma alarmante: Los empleados del municipio y la mayoría de la población de esta villa están enfermos, así como la mayor parte de los individuos que componen la Corporación. Los médicos están agotados físicamente, por efecto de las dificultades de este municipio, por tener la población muy disemindada para la atención de los enfermos, cuyo número excede de 1500”.(La Región, 19-10-1918)
“En Piñor de Barbadanes: En este pueblo a pesar de ser tan sano, la epidemia gripal se difunde de una manera atroz; hay gran número de personas atacadas. El virtuosísimo párroco, Dn.Florencio Quintas, no se da punto de reposo visitando a todas horas a los enfermos y proporcionándoles no solo los auxilios espirituales, sino también los corporales, a muchos pobres. El Señor se lo premie” (La Región, 23-10-1918).
En Camporredondo (Ribadavia), el párroco D.Ramón Fernández escribe : “La gripe ha adquirido cédula de vecindad en esta parroquia, con sus hermanas pulmonía, neumonía y ataques cerebrales, y sin médicos, porque los de la villa no vienen. Hay hoy en esta 130 atacados, 10 de ellos lo están gravemente. En cuatro días hubo cinco defunciones. No se tocan las campanas a muerto para no poner en alarma a los que están graves. A todas horas me llaman los enfermos . Esto es la mano de Dios que nos visita y hace temblar a las gentes del mundo”(La Región, 23-10-1918)..
En otras zonas de la provincia como la del valle de Monterrey y su villa de referencia, Verín, la atención a los afectados por la epidemia gripal de finales del año 1918, requirió esfuerzos especiales de los facultativos y servicios sanitarios de la zona. El historiador verinense Xerardo Dasairas (1994:131-2) destaca en sus trabajos el meritorio trabajo del médico Juan Guerra Valdés y la instalación de un Hospital en el colegio de los Hermanos de La Salle en Verín, que puso en evidencia las deficiencias sanitarias y dio pie a algunos movimientos reivindicativos entre los recién creados sindicatos de la zona de Monterrey. Reclamaban la nueva apertura de un hospital municipal, iniciativa que ya había funcionado –muy precariamente- entre 1886 y 1900. En Verín también se nombró una Comisión encargada de recaudar fondos con destino a los pobres: Dicha Comisión estaba formada por Antonio Rodríguez Ogando, Santiago Rodríguez, Jesús Pazos, Laureano Peláez, Juan Moreno, Manuel de San Román y el reverendo padre Cesáreo Fernández (La Región, 19-10-1918).
Un testigo de excepción respecto a lo que ocurre en lugares emblemáticos como la ciudad de Santiago lo aporta el Catedrático Emérito Dr.Juan José Barcia Goyanes , quien se encontraba en Santiago en 1918 a punto de iniciar sus estudios de Medicina:
“Las autoridades decidieron cerrar los centros docentes para evitar más contagios y la Facultad no abrió sus puertas hasta pasado el día de Reyes... Veías pasar cortejos ( fúnebres) y coches de caballos de 30 a 40 veces en un mismo día, y eso en una ciudad pequeña como Santiago que no llegaba a los 40.000 habitantes”. Fallecen entre otros personajes célbres el Dr.Narciso Carrero Goyanes, catedrático de Medicina Legal, que murió contagiado por sus pacientes.
EL PABELLÓN SANITARIO DE INFECCIOSOS de MARIÑAMANSA (1922- 1942):
En Julio de 1922, se inaugura el Pabellón Sanitario (para 30 epidémicos) de Mariñamansa, construido por suscripción popular y entregado al Ayuntamiento de Ourense por la Comisión que administraba los fondos recaudados con motivo de la epidemia gripal de los años 1918-1919.. El Ayuntamiento había entregado los terrenos, y la Iglesia, la nobleza (la Condesa de Oselle) y la Banca local (“Hijos de Simeón”) apoyaron la iniciativa financiera y políticamente.
Constaba de dos cuerpos con anchos ventanales y se asentaba en donde antaño había estado “el Circo Taurino , a pocos pasos de la carretera de Villacastín a Vigo” .
La Comisión encargada la presidía el Exalcalde, Sr.Villanueva, y formaban parte de la misma los Sres. Juan Fuentes, Olegario Muñiz, Manuel Canal y Agustín Moreno. El Sr.Villanueva expuso en dicho acto la necesidad de disminuir la mortalidad ( dos veces mayor en Barcelona que en París o Buenos Aires), rebajar el límite de la prostitución( mucho mayor en Madrid que en Francia o Alemania), rebajar la “aterradora cifra de suicidios”, y “ evitar que se vuelva a repetir el vergonzosos espectáculo de que fueran declarados inútiles 19.000 españoles por debilidad física y 10.000 españoles por enfermedades incurables”. Por su parte el Dr.Rionegro concluyó el acto con una grandilocuente frase:
“Aquí, en este mismo terreno en donde no hace mucho tiempo luchaban los hombres con las fieras van a luchar ahora los hombres de Ciencia contra los microbios”.
Unos años más tarde, en 1929, en un informe titulado “Situación sanitaria del Municipio de Orense y datos demográficos por el Director y Jefe de los Servicios Sanitarios, Doctor Francisco José Rionegro Díez”(1929), el mismo Dr.Rionegro se lamenta al hablar del “Hospitalillo de Infecciosos de Mariñamansa”:
“No pudo conseguirse todavía provistarlo de aquello más necesario para su funcionamiento. En él tuvieron entrada dos o tres casos infectivos, cuando no había desagüe de materias residuales, ni canalización de agua ni luz eléctrica. Sólo la caridad de unas Siervas del Señor sustituye tales faltas. Hoy está momentáneamente destinado a Cárcel de partido, mientras no terminan las obras de reforma de la antigua. El Hospitalillo de Infecciosos debe destinarse a tal fin por el que se construyó, proyectar a su lado parques de desinfección y dotarlo de todos aquellos enseres para su funcionamiento...”(Rionegro, 1929)
No se tiene noticia documental o hemerográfica de la fecha en que definitivamente desaparece el Hospitalillo, pero al menos tiene actividad -muy discontínua- hasta 1941.
COMENTARIO FINAL
Terminamos aquí estas líneas acerca de la epidemia de gripe en el Ourense de 1918, en donde hemos abordado algunos aspectos y consecuencias relacionadas con la atención sanitaria dada a esta pandemia en nuestra ciudad, y que supuso un reto para la sociedad ourensana de la época y un espaldarazo al proceso de articulación política de una Sanidad Civil en todo el Estado.
(Gran parte de esta entrada está publicada en : SIMON LORDA, D. (2001): “La epidemia gripal de 1918 en Ourense” , Minius (Revista do Departamento de Historia, Arte e Xeografía da Universidade de Vigo), 2001, IX, p.85-96 (ISSN 1131-5989)).
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