miércoles, 26 de junio de 2013

¿Un cirujano galeguista de/en Soutopenedo?.... Noticias de los doctores Álvarez (Aurelio Álvarez Belvís y Eustaquio Álvarez Eire).

Aurelio Álvarez Belvís (Archivo familiar de Aurelio Álvarez (Madrid))
Hoy hablamos de una familia de médicos ourensanos que ejerció en la provincia a lo largo de gran parte del siglo XX. Nos referimos a los doctores Aurelio Álvarez Belvís y Eustaquio Álvarez Eire. También entraría en esta saga , por vinculación familiar el médico José Eire Santalla, cuñado de Aurelio Álvarez Belvís.
A todos ellos ya los hemos nombrado alguna que otra vez en el blog. A la espera de que Aurelio Álvarez organice desde su casa madrileña todo el material gráfico y documental que ha recopilado acerca de las biografías de sus antepasados (su abuelo Aurelio Álvarez Belvís y su padre Eustaquio Álvarez Eire), ofrecemos hoy algún adelanto de ellas (con su permiso). 

Aurelio Álvarez Belvís 
Publicidad en la revista NÓS
A Aurelio Álvarez Belvís (?-1951)lo citamos cuando hablamos de "Publicidad sanitaria en la revista Nós", en donde este médico insertó publicidad de su consulta en los años 20-30.


En febrero de 2013 la corporación municipal de San Cibrao das Viñas (Ourense), aprobó el darle su nombre a una plaza de su aldea natal, en Soutopenedo-San Cibrao das Viñas. La prensa local (La Voz de galicia (ed. Ourense) dio noticia de ello el 14-2-2013:
  • "La corporación municipal de San Cibrao das Viñas aprobó esta mañana dar el nombre del médico cirujano Aurelio Álvarez Belvís a una pequeña plaza del pueblo de Soutopenedo, detrás del cruceiro de A Venda darriba. Este galeno, fallecido el 15 de enero de 1951, nació allí. En Soutopenedo ejerció la medicina y la cirugía, abriendo una clínica. Álvarez Belvís fue alumno de Santiago Ramón y Cajal, y ayudante de uno de los cirujanos más importantes de la España del momento, Alejandro Sanmartín, que era catedrático de Cirugía en la Facultad San Carlos de Madrid. Aurelio Álvarez dejó su prometedora carrera en la capital para instalarse en su pueblo y después en la ciudad de Ourense. Se le considera el iniciador de la cirugía en la provincia ourensana."

Hay dudas de si organiza en su aldea natal "unha policlínica alá polos anos 20 do século pasado, e donde, segundo aseguraba o doutor García Pérez, ’estuvo practicando la cirugía más seria que se hacía en aquellos tiempos’ entre a xente pobre".  Así lo indica Delmiro Casas (en La Región de 2007), parece que citando a una entrevista que le hacen en 1951 al cirujano Julio García Pérez en La Región con motivo del fallecimiento de A.Álvarez Belvís. También parece que era de tendencia galeguista,.. de ahí su apoyo a la revista NÓS... Suponemos que su nieto Aurelio Álvarez Gómez nos aclarará estos interesantes puntos algún día... 

Eustaquio Álvarez Eire
Eustaquio Alvarez
(Arch Aurelio Álvarez Gómez)

De Estaquio Álvarez Eire (1914-1996) aportamos una foto facilitada por su hijo Aurelio Álvarez Gómez. Ya le dedicamos a este médico una referencia en su día en el post que le dedicamos a la fundación de la Academia Médico Quirúrgica de Ourense. Este médico fue uno de los socios fundadores de la misma en 1960.  El grupo fundacional de esta institución fueron Manuel Cabaleiro  Goás, Pedro Téllez Carrasco, Cristino Bravo, Antonio García Valcárcel, José Fernández Rodríguez,  Mato Prada,  Miguel Echegoyen,  José Luis López Sendón,  Santos Ascarza,   Manuel Conde Corbal y Eustaquio Álvarez Eire.

SUS VIVENCIAS COMO SANITARIO DURANTE LA GUERRA CIVIL 
En 1936, la Guerra lo sorprendió en cuarto curso, quedando movilizado para ejercer de enfermero en la contienda. Su hijo ha recuperado unos cuadernos de notas que a modo de diario con sus vivencias y reflexiones como camillero-sanitario-estudiante de medicina fue escribiendo durante los días en que estuvo en el frente en Asturias en 1937. Ofrecemos a continuación una primicia de estos cuadernos del Dr. Álvarez Eire (transcrita por su hijo Aurelio Álvarez Gómez, y facilitada a este blog para que fuese publicada).  

DEL CUADERNO MANUSCRITO DE EUSTAQUIO ALVAREZ EIRE en FRENTE DE ASTURIAS, 1937


                                      "Martes  5- Octubre- 37.  En Ania.

Ayer se marchó Alfonso a Grado y Cornellana dejándome a mí al tanto de esto, la cosa no tiene nada de particular porque ya he quedado en esas condiciones muchas veces pero es que se daba la circunstancia de que quedaban bajo mi cuidado dos enfermos graves.
 Uno de ellos, me mandó llamar por la tarde y allá me fui pensando por el camino en la misión que el médico tiene en el mundo, misión sagrada, sublime, humanitaria el enfermo y los familiares están pendientes de su … y de sus gestos, esperan anhelantes que dé su opinión y es de ver como se alegran sus semblante cuando da buenas noticias sobre el estado del enfermo, por el contrario cuando estas son malas… Uno de los enfermos mencionados es una niña de pocos años de edad está tuberculosa tiene un pulmón … está raquítica. Alfonso dice que durará poco ; como ya se tiene como un caso sin remedio se le ha …Fui verla con la idea de que nada le iba hacer pero sin embargo algo dije y quedaron contentos los familiares la enfermita…está sentada, tiene una mirada serena, las pupilas le brillan con extraño fulgor, conserva toda su lucidez intelectual, en fin da lástima y lo horrible es el saber que no nos queda más remedio que cruzarnos los brazos ante un caso así, ver, palpar como la muerte nos lleva una vida sin que podamos hacer nada para arrebatársela.

El otro enfermo es el maestro, tiene una cosa aguda de pulmón, edema pulmonar, le he puesto una inyección de colesterina compuesta y otra de aceite alcanforado después de extraerle cierta cantidad de una vena del pliegue del …,por la noche se hallaba bastante mejor y hoy ya está bastante bien. Ante estos casos yo solo pensaba en mi responsabilidad, pensaba en que dos vidas estaban en mis manos…estaba preocupado, pensativo, ojee el Müller, estudiaba…¡Cuánto hay que estudiar!.Cada vez se sabe más y se sabe menos! También en mis presentimientos de estos días he llegado a la conclusión de que como pueda nunca seré médico de aldea…Y se terminó el día y no pasó nada, respiré cuando vino Alfonso; ya no tenía sobre mí la carga enorme de la responsabilidad! De todas formas no puedo negar que aprendo muchas cosas". 

 

Sobre Eustaquio Álvarez Eire, se publicó ya una extensa nota biográfica en el periodico La REGION el 22 de febrero de 2009, firmada por M. Sánchez, y que reproducimos a continuación: 
La medicina vocacional de la primera mitad del pasado siglo tuvo un claro exponente en la ciudad con Eustaquio Álvarez Eire. Su humanidad, traducida en entrega a los pacientes, unido al profundo conocimiento del cuerpo humano y su afán continuo de aprendizaje, le hicieron muy popular en la ciudad y alrededores durante los 52 años que ejerció la profesión. Ahora, 13 años después de su fallacimiento, mil vecinos reclaman con sus firmas y testimonios un reconocimiento público por parte del Concello.
 Foto cedida por la familia Eustaquio Álvarez Eire a los 55 años.
Foto cedida por la familia Eustaquio Álvarez Eire a los 55 años.
Eustaquio Álvarez Eire (1914-1996) fue una de las cariátides de esa saga de galenos del pasado siglo, oriundos de la ciudad, doctos en su profesión pero con profundo espíritu humanista. Y eso, en una época subsumida en la posguerra. Ahora, 13 años después de su fallecimiento, el historiador Enrique Bande ha iniciado la preparación de un expediente de honores para que el Concello le haga todos los honores: un reconocimiento público. Hasta el momento, 1.000 firmas recogidas en poco más de un mes en la ciudad y asociaciones de vecinos (Seixalbo, Rairo y Moreiras) avalan esa petición tanto para él como para su padre, el prestigioso cirujano Aurelio Álvarez Belvís. Pero también se aportan 25 testimonios de personas con las que trató a lo largo de su vida y que, según asegura su hija Genoveva Álvarez, podrían superar los 50.000. De hecho, según las viejas libretas encontradas por su nieto Carlos García en su consulta del número 3 de la calle General Franco, atendió entre el 6 de abril de 1977 y mediados de agosto de 1984 a 23.700 pacientes, todos ellos referenciados con sus respectivos diagnósticos. Porque, según recuerda su hija, Álvarez Eire ‘era un hombre tremendamente meticuloso fruto de su extensa formación científica’.

Excelsa formación
El colegiado 231 tocó muchos de los palos de su profesión al estar formado en Asistencia Pública Domiciliaria -por oposición-, Cirugía, Pediatría, Obstetricia e Infecciosos. Además llevó su praxis un poco más allá y llegó a realizar autopsias y ser un adelantado de la época en temas de Geriatría.

Genoveva Álvarez destaca ante todo la entrega de su padre a los enfermos. ‘Los visitaba cualquier hora del día o de la noche porque, según decía, ‘el enfermo no espera’’. Pero también pone en valor su altruismo: ‘Cuando la gente no tenía seguro ni dinero no les cobraba e incluso les regalaba las medicinas’.

Según el historiador Enrique Bande, la raíz de su desprendimiento hay que encontrarlo en su etapa en la Guerra Civil ‘cuando aprendió de una forma real y vital lo que era la caridad en contacto con la miseria que tenían que soportar los soldados en el campo de batalla’. Su experiencia como médico-soldado en el botiquín del batallón de Teruel ha despertado el interés del también médico Miguel Abad, quien prepara un libro sobre esa etapa.

Esta entrega generosa no pasó desapercibida para sus pacientes. ‘Su consulta estaba siempre colapsada por gentes de toda condición económica, sabedores de que don Eustaquio jamás dejaría de atenderles de buen grado’, asegura Máximo Diéguez, un ourensano que reconoce la labor de Álvarez Eire como médico de tres generaciones de su familia.

Personas que llegaron a trabajar con él, como el celador ya jubilado Carlos Pablo Muñiz, destacan ‘la entrega desinteresada y silenciosa’ así como la ‘humanidad’ de Álvarez Eire.

‘No era una bata más supliendo su deber, era un ser humano que te sonreía y te hacía sentir que no eras diferente por estar enfermo’, rememora Leocadia de Jesús.

También aquellos que le conocían destacan su talante galleguista, que en el caso de su familia siempre se tradujo en su empeño por que sus tres hijos aprendiesen a hablar gallego.

Pero, entre quienes le conocieron, destacan su enardecida defensa de los derechos humanos. En alguna ocasión -apunta su hija- algún jurista llegó a decirle: ‘Tú vas por delante de tu tiempo, cómo te atreves a pedir órdenes de alejamiento’.

Desde el Concello ven de buen grado la apertura de un expediente de honores, pero, según fuentes de la institución local, prefieren culminar el iniciado a Luis Gallego antes de empezar otro. ‘Eire inauguró la saga de ese tipo de medicina vocacional que también hizo Gallego’, valora la concejal Ana Garrido, amiga personal de la familia.


Un enfermero en la contienda bélica 
Eustaquio Álvarez nació en el número 2 de la calle Cervantes de la ciudad en 1914, hijo de un prestigioso cirujano, Aurelio Álvarez Belvis y María Eire Santalla. Trabajó como médico de Medicina General y Pediatría entre 1942 y 1989. En 1936, la Guerra lo sorprendió en cuarto curso, quedando movilizado para ejercer de enfermero en la contienda. Acabó la carrera en 1941 al realizar los dos últimos cursos en 11 meses. Ese mismo año, hizo la especialidad de Pediatría con el catedrático Fontán, en Compostela. También fue médico de Asistencia Pública Domiciliaria en Xinzo desde 1942 pero posteriormente fijó la consulta en su domicilio de la ciudad. En noviembre de 1942, se casó con Rita Gómez Alfaro, con quien tuvo tres hijos.

Su ámbito de actuación llegó hasta Muíños, Bande, Xinzo, Allariz, Toén, A Peroxa y Amoeiro, además de la ciudad y su entorno. A finales de 1984, sufrió un ictus cerebral que los médicos atribuyeron al exceso de trabajo, pero continuó ejerciendo hasta cinco años después.

1 comentario:

Tot Dental dijo...

Eustaquio Álvarez un verdadero ejemplo a seguir y un recordatorio para quienes han perdido el rumbo, estamos muy necesitados de mas.
Un saludo cordial.